Los bicivoladores (1983)

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Pere Koniec (Artinferno Gráfico Visual)

Dirección: Brian Trenchard-Smith

Guión: Patrick Edgeworth basado en una historia de Russell Hagg

Título Original: BMX BANDITS

Duración: 88 minutos.

4 Nominaciones Australian Film Institute

(Mejor Actor, Mejor Guión Original, Mejor Montaje, Mejor Sonido)

blas.gifTenía 16 años y vivía en Australia. Era pelirroja y estaba acomplejada por su estatura. Si en ese momento, una vidente le hubiera dicho que 20 años después tendría un Oscar en sus manos, un éxito continuo en la pantalla y a una estrella del cine como exmarido, si la vidente le hubiera augurado un futuro así, probablemente esa chica pelirroja de 16 años se hubiera echado a reír y hubiera exigido la devolución de su dinero. Pero como todos sabéis todo eso ocurrió y también sabéis que para que haya un futuro tiene que haber un pasado, y ese pasado se llama «Los Bicivoladores», el primer éxito de Nicole Kidman rodado en 1983.

«Los Bicivoladores» tiene un arranque de lo más vacilón pero genial en todos los sentidos. En la primera escena se nos presenta a PJ y a GOOSE, dos maestros de la bicicleta Bmx en plena exhibición de su talento sobre dos ruedas. Se colocan los cascos, se colocan los guantes, se colocan las rodilleras, se colocan sus mascaras protectoras, giran una y otra vez los pedales de su Bmx y empiezan las piruetas por el paseo marítimo de su pueblo. Las imágenes son de una belleza plástica preciosa y a uno le dan ganas de coger su bicicleta y acompañar a estos dos personajes por esa postal en movimiento situada en un Verano de Australia.

Paralelamente se nos presenta a un grupo de atracadores con máscaras que, tras ejecutar un rápido golpe en un banco, huyen en un coche por las calles del pueblo. Pero no tardarán en topar con nuestros amigos bicivoladores. No se produce colisión alguna pero el primer encuentro ya se ha producido. El director y los guionistas nos ofrecen una serie de gags más o menos divertidos en los que intervienen un párroco, una muñeca hinchable y otros desvaríos.

Se nos presenta entonces el personaje de JUDY (Nicole Kidman). La chica trabaja en un supermercado a las ordenes de un intolerante encargado para poderse comprar una bicicleta como las de sus colegas bicivoladores. Un Gordo Idiota bromea con la pobre Judy y la putea desviándole unos carritos de la compra que ella estaba ordenando. En ese momento uno cogería al Gordo Idiota y le daría su merecido, pero eso llegará un poco más tarde porqué ya se sabe que un personaje así recibirá su castigo, al menos en la ficción.

Mientras tanto, los carritos de la compra van a parar a la carretera y chocan con los dos bicivoladores. El imbécil del encargado despide a la pobre Judy y los dos bicivoladores se disculpan ante su amiga pelirroja, que pronto será la tercera de los bicivoladores. Los tres amigos se reúnen en una hamburguesería e intentan arreglar los desperfectos que han sufrido sus bicicletas. Es entonces cuando los tres personajes se empiezan a definir.

Pj es el atractivo, el optimista, el triunfador, el que probablemente se acabe ligando a Judy, la chica de apariencia tímida pero que no dudará en darte una patada en los cojones si es necesario para escapar. El tercero en discordia es Goose, algo más tímido que su compañero, algo más feo, de autoestima descendiente pero gran aficionado a las películas de terror, cuyos argumentos no para de contar durante toda la película. Este es el fabuloso trío de la película, estos son “Los Bicivoladores”. Ya de entrada os digo que no vuelan, porqué tengo un amigo al que no le gusta esta película porqué argumenta que el título provoca un equívoco respecto a las verdaderas y reales piruetas que aparecen. Debo decir que esto no es del todo cierto porqué en una de las escenas, cuando acuden al rescate de Judy, los dos amigos saltan un gran arbusto y vuelan sobre un coche aparcado en la carretera, ¡Por lo tanto si que vuelan!.

Vuelven a aparecer los atracadores y el jefe de ellos, una especie de Charles Bronson barato, planea el robo de un furgón blindado. Tendrán un camión para secuestrarlo pero necesitarán despistar a la policía. Ahí es donde entra el elemento principal de la película: unos walky talkies que captan la frecuencia de la policía. Gracias a ellos podrán controlar todos los movimientos de la pasma y podrán huir con el dinero y ser felices.

Por alguna razón que no se nos explica, los walky talkies están ocultos en «el escondite secreto», suponemos que han llegado al país de forma clandestina y nuestros amigos atracadores parten en su búsqueda. Pj y Goose necesitan pasta rápida para arreglar sus Bmx y Judy la necesita para comprarse una nueva, así que se dirigen al puerto para recolectar mejillones con la esperanza de forrarse. Pero nuestros chicos no tiene suerte y, desanimados ante el fracaso, su lancha se detiene en una caseta del mar. Encuentran un paquete y, tras dudar de la legalidad de su acto, deciden quedárselo y se marchan sin abrirlo.

A bordo de una psicodélica lancha, los atracadores se cruzan con nuestros bicivoladores pero ignoran que se han llevado su preciada mercancía. Ocultos en un almacén del puerto, los tres amigos abren el paquete y, tras descubrir los walki talkies, deciden venderlos entre sus amigos para obtener así la pasta que necesitan. Pero la policía capta sus conversaciones y les ordena abandonar la frecuencia, ajenos a la persecución que, desde entonces, serán sometidos por parte de los dos atracadores.

Dicen que una buena película debe tener al menos tres escenas memorables, pues bien, «Los Bicivoladores» tiene como mínimo una escena genial, un prodigio de ritmo, de replicas en el diálogo, de emoción, de cine: La escena del cementerio. Nuestros tres amigos no han obtenido todavía el dinero que necesitan y una noche pasean de camino a casa cuando los dos atracadores se cruzan con ellos. Alertados ante su presencia, los tres amigos lamentan no tener sus Bmx para huir y no tienen más remedio que entrar en el cementerio para despistarles. Si en el primer robo de la película utilizaban mascaras de «Cartoons» esta vez, temiendo hacer el ridículo, los dos atracadores utilizan dos máscaras de monstruos, y entran el cementerio para perseguir a los chicos.

Comunicándose con los walki talkies, los tres amigos recorren el cementerio por separado para no ser capturados y los diálogos ingeniosos brillan en cada plano. La miedosa Judy cae en una tumba abierta y, tras despistar a uno de los atracadores, su compañero Goose se reúne por accidente con ella en la tumba. El ambiente y la situación proporciona a Goose una nueva oportunidad para contar una de sus películas de terror, momento que aprovecha para besar a Judy, pero esta le rechaza con hipocresía y educación. La imagen de perdedor nato queda plasmada de nuevo en el rostro de un Goose que se lamenta de no se tan atractivo como su amigo Pj, ante el inútil consuelo de la boba Judy. El elegido Pj les comunica por walky talkie reunirse en la puerta trasera del cementerio y, tras algunos encuentros divertidos con los atracadores, logran escapar de la persecución.

Una elipsis nos explica el triunfo de su negocio con los walky talkies y los tres obtienen una fabulosa bicicleta Bmx. El apuesto Pj monta su restaurada bicicleta roja, el perdedor Goose conduce la azul, y la modosita Judy estrena su flamante Bmx amarilla. Ahora su proyecto más ambicioso es conseguir un circuito de bicicletas para todos los jóvenes del pueblo. Tras exhibir sus habilidades a ritmo de videoclip, un nuevo comprador les pide un nuevo walky talkie.

Mientras Pj y Goose ultiman sus modificaciones en sus bicis, Judy se acerca al almacén donde guardan su negocio y es capturada por los dos atracadores que se hacen pasar por policías. El walky talkie de Judy queda encendido y provoca una serie de confusiones con unos obreros que trabajan en la zona, hasta que finalmente Pj y Goose escuchan por sus walkies a la pobre Judy y sale a todo trapo en su rescate. Aquí es donde los especialistas y el operador de cámara se lucen en todo tipo de virguerías visuales con planos espectaculares que narran el recorrido que realizan los dos bicivoladores. El Gordo idiota se cruza en su camino y le arrebatan su helado por idiota, por venganza y porqué el espectador esta deseando que se le ajusten las cuentas a este imbécil. Irritado ante el robo de su helado, les intenta perseguir pero no logra alcanzarlos y acaba su miserable existencia en una superficie de cemento fresco.

Pj y Goose logran rescatar a Judy y los tres empiezan una larga huída para escapara de los dos malhechores Sin ser una secuencia específica de localización como la del cementerio, creo que la persecución que se desarrolla en ese momento es otro de los puntos más altos de la película. Es una persecución larguísima, al estilo de «Bullit», con un ritmo trepidante en el que se recorre desde un centro comercial, pasando por un parque acuático, hasta finalizar en una zona industrial donde logran despistar a los ladrones.

Todo este tramo posee un montaje milimétrico, perfecto, genial, con diálogos graciosos y contundentes por parte de los tres bicivoladores, y quizá solo perjudicado por la actitud cómica que se les atribuye a los dos atracadores. Quizá resultaba más vibrante cuando se nos presentaban como tipos peligrosos y no como burdos payasos que no saben lo que hacen.

Algo acojonados, los tres amigos se entregan a la policía y soportan la amable bronca del comisario, que les confisca el material y les pide no entrometerse en un asunto del que se encargará la policía. Pero Pj tiene un plan para capturar a los ladrones y de paso, obtener su preciado circuito para bicis. Se llevan los walky talkies como cebo y con la ayuda de cientos de chavales en bici logran atraer la atención de los ladrones. Esta parte última es la que peca más de ingenua y la que olvida el cinismo y el ritmo que hasta ahora nos había acompañado. Los ladrones capturan a Judy como rehén y huyen en coche hacía su almacén secreto. Pero Pj ha repartido a todos lo chavales por el pueblo y con la ayuda de sus walkys, cada uno va indicando el recorrido que realizan los ladrones.

Para entonces, hasta el jefe de ellos, el que al principio parecía un Charle Bronson, se nos vuelve aquí un gilipollas neurótico como sus secuaces payasos y el tono de la película adquiere un tono demasiado cómico, dándole un clímax final digno de las peores películas de «Parchís».

Resulta una verdadera pena que esta película termine con la pelea con espuma que se organiza en la inauguración de un nuevo terreno. No esta a tono con el tono vibrante del resto del metraje pero, que le vamos a hacer. Supongo que tampoco era plan el que acabaran los tres bicivoladores atropellados por los atracadores, pero un punto intermedio siempre es interesante. Quizá la escena final con los títulos de crédito le da algo de dignidad al verdadero final del film. En la escena se nos presenta el circuito de bicicletas que finalmente han conseguido y somos testigos, mientras pasan los créditos, de una competición en la que, tanto PJ, GOOSE y JUDY terminan obteniendo sendos trofeos. Pero les echamos de menos juntos, les queremos ver de nuevo pedalear por el paseo marítimo, les queremos ver en sus Bmx, les queremos en peligro, porque la verdad es que…¿Para que quieren un aburrido circuito cerrado si tienen todo el pueblo para recorrer mil aventuras?. Siempre hay más problemas donde entrometerse. Dejad el circuito para los niños de papá y creced en la carretera de la vida. Una carretera de lecciones por aprender, una carretera sin cascos, sin guantes, sin rodilleras, en definitiva, sin protecciones.

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14 Respuestas a “Los bicivoladores (1983)

  1. Ostras, vi esta película hace un siglo y no la recordaba tan dinámica ni tan trepidante.

    Tengo mi teoría acerca de las mujeres de Tom Cruise: menos Mimi Rogers, todas sus ex han terminado teniendo éxito (después del divorcio). Creo que Cruise las anula.

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  2. Blas es el narrador, hombre.
    No la he visto, pero destila un poco de esencia de Goonies (aunque más simple).

    Creo que Cruise necesita sentirse más importante y conocido. Me parece que tiene ese complejo de macho proveedor que no soporta que su mujer gane más que él.

    Es sólo una hipótesis.

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  3. Caramba no la he visto, la apunto pero es que, ¡nos has contado el final! ¡Eso no se hace! 😀

    La teoría respecto a las mujeres de Tom Cruise que proponen Jos y Víbora me parecen complementarias y geniales, ¡jajaja! Y lo de macho proveedor es cruel, ¡jajaja! Ay Miss, con lo tocada que ando yo con este tema…

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  4. TOTALMENTE OFF TOPIC
    Pensaba dejarte un comentario preguntandote si en mi ausencia bloggeril habia visto la luz eso que andabas promocionando hace un tiempo.

    Pero como estoy intentando volver al ruedo y llevo un par de horas bloggeando, me encontré con el blog del ComandoElche y supongo que ya respondí mi pregunta.

    La idea es genial!
    Espero que lo llenen de las vivencias de la vida real del «Comando Elche» que dan para varios blogs…

    PD: te comento aca, porque no tengo usuario de WordPress 😛

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  5. Ay Negra, lo de la promoción no era eso pero, en fin, lo del Comando Elche también mola ¿no? Por cierto, ya se puede comentar con normalidad.

    Lo otro, lo que «todo el mundo estaba esperando» está casi listo pero creo que mi labor, participación o como quiera llamarse se va a ver un poco más reducida de lo que en principio iba a ser. Lo cierto es que me he enfriado un poco.

    Besos.

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