Trabajar en un cine: Medidas antipiratería

Este post viene motivado por una entrada que ayer mismo leí en Blog de cine en la que Juan Luis Caviaro nos contaba con cierta estupefacción y no poca sorna la noticia que había hecho pública la MPAA, ese organismo censor norteamericano que, a pesar de los tiempos que corren, sigue con su tradición de dar por saco pasando la lupa por todas las películas que se hacen, no solo para calificarlas sino también para evitar cualquier mensaje inapropiado. En cualquier caso, la nota de prensa a la que se refería Caviaro en su artículo se hablaba de las medidas que el organismo había tomado para contrarrestar la práctica, también histórica, de la grabación en las salas de cine para su posterior uso comercial.

 

Juan Luis Caviaro, en su post, explica cómo la MPAA ha anunciado con orgullo «el arresto de 461 presuntos “piratas de películas” (“movie pirates”), de los cuales 56 fueron capturados mientras usaban una cámara de vídeo en un cine». También habla de que «los trabajadores de los cines en Tailandia están usando ahora unos visores especiales para detectar a los piratas en la oscuridad de la sala» y que «se está entrenando a los responsables de los cines para identificar cámaras de vídeo». Ahí es donde entro yo.

Lo curioso de todo esto es que al leerlo así, de pasada, a uno le suena más a fantasmada que a otra cosa. De hecho, la primera pregunta que me asalta al leerlo es: ¿cuándo te dan las gafas de visión nocturna? ¿Te las da tu jefe cuando firmas el contrato o vienen en una cajita de seguridad con la película? ¿Son como las del Splinter Cell o se parecen más a la máscara de Predator? El caso es que todo esto es cierto y no se lleva a cabo tan solo en los USA o en Asia, como afirma el artículo, sinó también en nuestro país y supongo que en la mayoría. Las distribuidoras pretenden que se tomen ciertas medidas en las salas, que luego se haga es otro cantar, al menos todo lo que pretenden. Me explico.

Buscando un poquito se pueden encontrar por ahí algunos textos que dichas distribuidoras suelen enviar a las salas cuando se acerca un estreno especialmente interesante. Suelen llegar con secuelas de franquicias de demostrado éxito o estrenos con un desproporcionado y caro despliegue de marketing que, siempre en teoría, reventarán la taquilla y harán las delicias de los grabadores en la penumbra. Releyendo esos textos, con instrucciones para los trabajadores de los cines, uno no puede dejar de asombrarse de las cosas que se pueden llegar a pedir amablemente, solicitar con diligencia e incluso exigir sin más. Aquí unos ejemplos que me han hecho gracia:

Algunas medidas para disuadir a los piratas:

  • Poner un cartel visible en taquillas y/o vestíbulo que rece «No se permiten grabaciones de audio o vídeo en el cine». ¡Ya está! Si el pirata sabe leer se acabó el problema.
  • Complementario al anterior: Poner un cartel en el que se indique que HABRÁ REGISTROS ALEATORIOS EN BOLSOS Y ABRIGOS. Y: Los empleados realizarán REGISTROS ALEATORIOS EN BOLSOS Y ABRIGOS. No me hagáis mucho caso, no tengo ni idea de leyes pero, ¿no es ilegal registrar a la gente a no ser que seas policía o algo así? Puede que yo me equivoque, vosotros me lo diréis. En cualquier caso, el acomodador aquí se juega la cara.

Algunas medidas de seguridad:

  • Se deberán usar cerraduras  y armarios de seguridad u otros mecanismos similares cuando la película no está siendo proyectada. Claro, claro, lo único que diferencia a los cines de los bancos es que en los bancos no puedes pedir una hipoteca con palomitas y bebida grandes.
  • Las salas de proyección deben permanecer cerradas con candado siempre que no haya nadie. Y yo me pregunto, si un día se te olvida poner el candado (¡¿?!) el pirata, ¿qué va a hacer? ¿Entrar en el establecimiento cuando está cerrado, forzar la «caja de seguridad» en la que está la película, montarla, encender la máquina, plantar el equipo de grabación y grabar la película exponiéndose como mínimo hora y media de proyección? Venga ya…
  • Uno gracioso: Si alguien lleva un abrigo largo o inapropiado para una época calurosa, vigílelo de cerca. Mientras que las cámaras más modernas pueden caber en los bolsillos de un pantalón, las mochilas, los abrigos y las bolsas de plástico grandes pueden ocultar una cámara más antigua y grande. Busque formas extrañas en la ropa de la gente. Sí, claro, no tengo yo otra cosas que hacer que ponerme a fiscalizar protuberancias en la ropa de los clientes.
  • Mi favorito: Los empleados deberían vigilar si se realizan grabaciones de audio o vídeo […], como parte de sus rondas de vigilancia si es posible revisando las salas CON GAFAS DE VISIÓN NOCTURNA u otras herramientas demostradamente efectivas. Sin comentarios.
  • El más indignante para mi: ¿Recuerda si uno de sus empleados normalmente tiene «amigos» que se reúnen con él en el cine a horas sospechosas? Bien, para este punto he de decir que, desgraciadamente, idiotas hay muchos en este mundo, pero que no abundan los que exponen su puesto de trabajo, lo que realmente les hace ganar la habichuelas, por algo tan arriesgado y estúpido como grabar ilegalmente una película en su centro de trabajo. Además, si en un cine alguien de la plantilla está grabando una película, es algo que no se puede ocultar al resto de empleados, con lo cual, serían todos esos puestos de trabajo los que correrían peligro, al margen de las consecuencias legales, lo que convierte esta posibilidad en algo poco probable.

Algunas medidas ante el descubrimiento de un pirata:

  • Unos dicen: Intente detener la grabación o interferir en ella. Puede quedarse de pie entre la cámara y la pantalla para detener la grabación pero nunca tocar al sospechoso ni coger la cámara. Otros, sin embargo, dicen: Deben tomarse de forma inmediata medidas apropiadas, por ejemplo, borrar las imágenes grabadas de la cámara o grabadora y pedirle al cliente que se marche y denunciar el incidente a la policía. 

Advertencias (debe quedar patente que las distribuidoras, además de las medidas a tomar, advierten a las empresas que estas medidas pueden ser de obligado cumplimento y el propio cine y sus empleados puede salir perjudicados si no se cumplen):

  • Aunque no sea nuestro deseo, en el caso de que (la distribuidora), en base a una sola consideración, advirtiese que una sala está tomando o no, las precauciones necesarias para asegurar una máxima seguridad en relación con las normas arriba mencionadas, o si (la distribuidora) encuentra que la gerencia de la sala es negligente en hacer su trabajo en cuanto a las normas de seguridad, se reserva el derecho de llevarse, de manera inmediata, la película y materiales relacionados de la sala.

Evidentemente esta es tan solo una muestra de las medidas, otras que aquí no muestro las considero perfectamente lógicas y viables, y diré que entiendo que estas empresas muestren empeño en proteger su negocio y su inversión y que indiquen instrucciones a las exhibidoras que son las que recogen su producto y que, como es lógico, deben tratarlo de la mejor manera posible para que todos salgan beneficiados. Sin embargo, me parece ingenuo pensar que se pueda obligar a las exhibidoras a que adopten medidas que se mueven entre lo absurdo y lo ilegal y que, con ello, expongan a sus empleados a situaciones que podrían ser potencialmente peligrosas. En mi ignorancia creo que sería mucho más factible que la propia distribuidora o productora añadiese una parte de la inversión de la película a agentes, como ellos mismos los llaman, contratados por ellos para que se ocupen de todas estas labores. La razón que tengo para pensar así es bien sencilla. Generalmente, los cines suelen tener las plantillas tremendamente ajustadas para que con el mínimo personal se puedan sacar adelante las funciones que corresponden (en el caso de los acomodadores, por ejemplo, cortar entradas, adecentar las salas, cambiar carteles, atender a los clientes y acomodar) además de, en muchos casos, dobles funciones como vender palomitas o entradas, todo ello con horarios complicados y sueldos pequeños.

Por algún motivo que desconozco parece una tendencia general sentir antipatía hacia los empleados de los cines y la creencia de que es un trabajo relajado y fácil que les permite hartarse de ver películas y de comer palomitas. Señores, esto no es así, de hecho, aunque muchos no lo crean, trabajar en un cine es una tarea complicada, dura y, en muchas ocasiones, desagradable y humillante. He visto lanzar vasos llenos de bebida a la cabeza de alguna palomitera por no quitar unos cubitos del vaso, llamar hijo de puta a un acomodador por decirle a alguien que no se puede fumar en la sala, o pretender que el gerente acompañe a alguien a su butaca llevándole incluso las palomitas y la bebida. En definitiva, está el patio como para hacer según que cosas. Espero que este post haya servido, al menos, para mostrar una parte desconocida del funcionamiento de este extraño mundo.

19 Respuestas a “Trabajar en un cine: Medidas antipiratería

  1. El día que hagan de verdad lo de las gafas me veo todas las semanas en el cine y más si hay una de terror, que tiene que ser de infarto estar con el corazón en un puño y ver entrar a los empleados con las gafas de visión nocturna a vigilar en plan invasión extraterrestre.

    Me gusta

  2. Me gusta el rollito ese de las gafas de visión nocturna. Que ya está bien de llenar el Emule de morralla.
    Por un Emule de calidad, abajo los piratas peliculeros!! 😛

    Qué graciosos y qué inutiles los consejos de las distribuidoras. Voy a sugerirles uno: Mientras la película X esté en cartel, la sala donde se proyecte deberá permanecer cerrada al público y al propio personal del cine, quienes deberán exposarse a la barra del bar durante la proyección.

    Así, sí.

    Me gusta

  3. Yo propongo a las distribuidoras una medida más barata de vigilancia. A media proyección, se encienden las luces de golpe y el enviado de la productora pilla in fraganti al sospechoso grabador piratón ilegal. Para esta medida solamente hace falta un trabajador por cuenta ajena de la productora, un interruptor de la luz, y abundante mercromina para cuando los demás espectadores le partan la cara…

    Me gusta

  4. coñe! si ya no me pide identificarme para escribir!!!

    Bravo! Josh, me encanta cuando nos revelas lo que la oscuridad de un cine encierra.
    Deacuerdo en todos tus puntos de vista, y por supuesto los que expones son los redactados por una persona soez ( queria poner esta palabra como fuera jújuuuuuu!!!!).
    Ahora mirare con otros ojos a esa personita q me rompe la entrad en el cine.

    Por cierto, no va siendo hora de hablar abiertamente de la pirateria y de como nos influye? Yo mismamente voy las mismas veces al año al cine, pero grancias a la red veo mas cine q nunca.

    Salu2

    Me gusta

  5. Budokan: Sí, es una idea que nos llega fácilmente a la cabeza. De hecho, en más de una ocasión, he leído por ahí que algunos creen incluso que las propias productoras copias que se venden en el top manta para sacar un beneficio extra y hacer la competencia a los verdaderos piratas. Sinceramente, me parece algo descabellado pero en este mundo todo es posible.

    Ruth: Quien sabe, igual cualquier noche me ves llegar con mis gafas de visión nocturna, mi batarang y mi mochila propulsora.

    Leo: La verdad es que la figura de un acomodador con semejante aspecto debe ser más perjudicial que otra cosa. La de gente que saldría despavorida. No puedo dejar de acordarme de la última secuencia de «El silencio de los corderos».

    Dr. Strangelove: Sí, cierto, sobre todo porque al estar las salas vacías es mucho más fácil copiar la película.

    Pablo: Es que, precisamente, a veces da esa sensación, la de que lo mejor para que no copien es no proyectarla. Ya es hora de una nueva opción ¿no?

    Lidiaelora: Alguno se ha quedado sin poner. Sí, sí, quiero unas. ¿Y tú?

    Galahan: Fíjate, desde el techo sí se debe ver bien la película.

    David I: Si es que es la leche. No creas ¿eh? que las películas ya llevan un código impreso en fotogramas sueltos que indica en qué sala se está proyectando y cuando las distribuidoras encuentran una copia de una peli en el emule, la evalúan y le dan el toque al cine. No es la primera vez que nos pasa.

    Dude: Igual es que estás logado en WordPress. Soez, que buena palabra. «Piratería» es un concepto que ya se me hace complicado de entender por lo mucho que se ha usado. ¿El emule es piratería? Yo no lo sé. Si yo me bajo una película y no le saco un beneficio económico ¿soy un pirata? He de decir que gracias a la mula he podido ver películas y series, sobre todo clásicos y cine alejado del circuito comercial, que de otra forma habría sido imposible de ver. Y sigo yendo al cine (aunque mi caso no cuenta) y sigo comprando DVDs (ya más de mil tengo). Se habla de que Internet hace que la gente vaya menos al cine. Lo dudo, sinceramente.

    Me gusta

  6. A mí me parecen unas medidas de lo más normales. Para eso os pagan a todos los trabajadores de un cine un master de primerísimo grado sobre métodos y técnicas de la CIA con entrega de diploma incluido.
    Ya te veo en el próximo post diciendo: «Mi nombre es Bond, Josmachine Bond».

    Saludos.

    Me gusta

  7. Lo de las gafas es totalmente cierto, en el ultimo pase al que asistí no pude centrarme en la peli por los tios que nos miraban en las esquinas del cine, era todo tan escalofriante.

    Lo peor es que te da la sensacion de que estas haciendo algo malo, como cuando sales de un supermercado sin haber comprado nada y temes que pita la alarma.

    Por cierto, agregado estas en xbox live (del call of duty terminé cansado) y también al twitter, que me he abierto hoy una cuenta, parece divertido. Un saludo!

    Me gusta

  8. Creo que es como mencionan como una parte, la fuente principal de la piratería son las fuentes. Aquí a Bolivia llega mucho video original con el sello de «FOR YOUR CONSIDERATION» o exclusivo para la prensa etc… y de ahí hacen ellos mismos su propia versión de DVD en Nero.

    Saludos,

    Me gusta

  9. Pensar que yo me enteré que la gente grababa las pelis del cine, gracias a un capítulo de Seinfeld…

    En cuanto a las «medidas ante el descubrimiento de un pirata» yo propongo ponerse adelante de la cámara y decir
    «Bruce Willis está muerto» o lo que corresponda según la película.

    Y lo de las gafas nocturnas puede resultar sumamente interesante para algun empleado voyeur…

    Me gusta

  10. «Por algún motivo que desconozco parece una tendencia general sentir antipatía hacia los empleados de los cines y la creencia de que es un trabajo relajado y fácil que les permite hartarse de ver películas y de comer palomitas.»

    ¡Pues tube en una época una tendencia extraña a enamorarme en secreto de chicos que trabajaban en los cines! 🙂

    Me gusta

  11. Los gatos ven en la oscuridad. Lo ideal sería que se invirtiera más dinero en I+D para crear una especie híbrida gato-miembro de la SGAE que salvara al planeta de la piratería que nos abruma. Eso sería la solución definitiva. Y las gafas esas también, claro.

    Besazos a repartir.

    Me gusta

  12. Pingback: meneame.net·

  13. Pues estoy trabajando hace 3 semanas en Puerto Rico para Carebbean Cinemas y pues la verdad es que lo de los lentes de vision nocturna es realidad. por lo menos los lentes de vision nocturna que utilizan aca parasen una camarita de grabar y lo utilizan los empleados gerenciales. Los empleados regualares lo que hacemos es vigilar las salas y tratar de avisar de cualquier anomalia. En realidad estoy deacuerdo en que el empleo no es tan facil como parese por que pretenden que 4 empleados limpien 14 salas repletas de basura, limpiemos los baños, mantener el orden y diferentes tareas. Aqui en Puerto Rico algunas personas son muy respondonas y por solo desirles que no pueden por ejemplo tener las piernas en los asientos te tiran con popcorn vasos o con lo primero que encuentren y los insultos ni se digan… Y por sierto aca en puerto Rico las casas peliculeras contratan personal»bouncers» para los extrenos de las peliculas de gran venta.

    Me gusta

Are you talking to me?