El 25 del pasado mayo se celebró por primera vez en España El Día Del Orgullo Friki. Evidentemente no se trata de una fiesta religiosa sino, más bien, de la globalización, o mejor, de la puesta en común reivindicativa de aquellas actividades que desde hace años, de forma individual, vienen realizando todos aquellos que por algún motivo (cómics, merchandising, rol, cine asiatico, gore, anime, manga, coleccionismo compulsivo, fetichismos varios, ciencia ficción…) se sienten diferentes y, de alguna forma, apartados y/o en, algunos casos repudiados, por sus coetáneos. Ese día los frikis orgullosos de serlo, tomaron la calle dispuestos a convertir en realidad el Punto número 10 de Los deberes del Friki.
Este año me propuse, en honor a Douglas Adams, portar conmigo durante todo el día una toalla, aunque, al final, al sentirme desarropado reconozco que me rajé. Pero del año que viene no pasa, sobre todo cuando, indagando en la red, voy descubriendo que esta celebración quizá adquiera algún día el reconocimiento que se merece. Porque no nos engañemos, desde la más alta y nevada cumbre, hasta la más oscura e ignota fosa abisal, el friki está y ha estado siempre agazapado esperando su momento. ¡Y ese momento ha llegado!