Muy bueno: Como siempre, el apartado técnico. Pixar consique, con cada nueva película, superarse a sí mismo. Además, siempre me ha sorpendido la gran utilización que hacen siempre del lenguaje cinematográfico.
Bueno: El cortometraje “El hombre orquesta”, que se proyecta, como es tradición, antes de la película. Recomiendo llegar a tiempo para ver este corto ya que es muy, muy bueno.

Regular: Esa sensación de Dejá Vù que se queda al terminar la película. No se si se debe a la adquisición de la mayoría de las acciones (y con ello, el poder) de Pixar por parte de Disney o, simplemente, cierta apatía a la hora de desarrollar la historia cayendo con ello, inevitablemente, en el temido tópico.
Mal: Como indico en el punto anterior, la historia. Me da la sensación de que John Lasseter se ha dejado llevar por la nostalgia a los 60 y 70, a la ruta 66 y a los oldies y ha creído que, tan sólo con eso, podía escribir una fábula sobre cómo la vida moderna acaba con las cosas que “verdaderamente importan” contada, además, por una procesión de coches humanizados. Resulta muy complicado sentirse identificado con estos personajes de cuatro ruedas.
Horroroso: No diría que hay nada horroroso en esta película ya que resulta… agradable, pero si tuviese que decir qué es lo peor de todo, diría que el metraje. Dos horas me parecen muchas para una película para niños (porque lo es) que además cuenta lo que cuenta: poquita cosa.