¿A ti qué te pasó en el cine?

Hoy me he parado a pensar en cuantas veces habré ido al cine en mi vida. Es algo que me resulta imposible de calcular. He renunciado a la respuesta casi de inmediato, pero algo se me ha quedado dentro. El aguijón de la nostalgia me ha vuelto a picar y esa pregunta ha hecho saltar un resorte que me ha devuelto imágenes y sensaciones del pasado. Lo mejor ha sido que esas primeras y espontáneas sensaciones me han animado a recordar más y aquí estoy, intentando convertir en palabras un puzzle de sentimientos en el que muchas las piezas no encajan. Aunque eso me da igual.

Esto es complicado, no quisiera aburriros con mis divagaciones ni con mis batallitas y mucho menos escribir una entrada que recuerde a los libros de Jorge Bucay. No por favor, prefiero convertir esto en un juego. Quiero compartir algunas de esas sensaciones con vosotros y que vosotros lo hagáis conmigo. Me gustaría que viajaseis a vuestra infancia y volvieseis con algo divertido, raro o triste que os pasó en un cine. O quizá algo que echáis de menos de alguna sala ya desaparecida. O ese recuerdo borroso que del que nunca habláis porque es imposible integrarlo en ninguna conversación ya que es demasiado personal y nadie os entendería y que está aderezado por las imágenes de una película que ni siquiera sabéis cómo se llama. O…, lo que os apetezca y de alguna forma esté enmarcado en un cine. Empiezo yo con tres recuerdos muy sutiles.

Una de las cosas que mejor recuerdo del desaparecido Cine Paz es que si pellizcabas la tela de la butaca de delante, tirabas de ella y la soltabas de golpe se formaba un anillo denso de polvo perfectamente circular que se iba abriendo hasta desaparecer. Lo descubrí con mi primo Pedro cuando fuimos a ver Aliens, el regreso. Ese es uno de los mejores días de cine que recuerdo.

La primera vez que fui al cine con chicas fue con unas niñas que conocimos en un parque mis amigos y yo. Tendríamos unos trece años y mi amigo Alfredo se empeño en que nos acercásemos a hablar con ellas. Yo no quería pero finalmente me convenció diciéndome que me dejaba el Arkanoid dos semanas. Quedamos con ellas para ir al cine la semana siguiente. Triunfos como ese no los he tenido de adulto. La cuestión es que a los dos nos gustaba la misma chica, Mari Carmen, pero yo, que fui más rápido, me senté a su lado. Alfredo, presa de un ataque de celos se me sentó encima y allí estuvo casi media película. Menos mal que era pequeñito. Fuimos a ver Who’s that girl?.

La vez que más miedo (y frio) he pasado en una sala de cine fue con la película Horizonte final. Era verano, yo iba con mi camisetilla de tirantes y mis bermudas y me metí en una sala de 2000 butacas sólo. Y cuando digo sólo, es que nadie más entró a ver la película. Ya no sabía como ponerme del frío y del mal rollito que me daba la peli. El momento en que descodifican unos datos casi me muero de miedo. Me giré y, de repente, había un tío sentado en una butaca, un poco más atrás. Eso no ayudó a que se me pasase el susto. Curiosamente, ahora ese tío trabaja conmigo.

Os toca amiguitos. 😉

45 Respuestas a “¿A ti qué te pasó en el cine?

  1. semos las primer!!!!

    la nuestra: fuimos a ber «vailando con lovos» al zine de berano, con nuestro vocata i tal. empezo a yober, luego a dilubiar… i el del zine tubo la jenial idea de yevarnos a todos (no heramos mucha jente, quizas 50. no ivamos todos juntos, no) al zine de inbierno, que estava cerrado. pero el avrio para que pudieramos ber la peli. el royo es que uvo una espezie de solidaridad jeneral, la jente se repartia en los coches a los que no teniamos coches (por pequenyos) i que no teniamos como llegar. cuando yegamos alli, eramos todos colegones, incluido el que ponia la peli, asin que acavamos todos sentados junticos por el centro, compartiendo vocatas, echando para atras la peli para ber un poco mas a calcetines i acer todos «ooooooooooooh», i al final de la sesion avia tres jeneraciones distintas compartiendo copas por el povle. fue chulisimo!!!

    bolberemos, jos. que a nosotras hestas actibidades grupales oxijenadas lla saves que nos enjantan. te ailoviamos!!!! 😉

    Me gusta

  2. Recuerdos cientos y cientos.No sabría decir pero creo que la primera vez que fuí al cine fué a ver una versión que se hizo de Mazinger Z, de la cual tengo unos recuerdos muy vagos.Recuerdo ir con mi tía a ver películas como Supermán, El imperio contraataca, Las de parchis…También guardo un grato recuerdo de un ciclo gratutito que ofreció el ayuntamiento a principio de los 80 en el cual proyectaban películas de Tarzán de Johny Weysmuller,Bud Spencer y Terence Hill, spaguetti western y decenas de pelis bélicas de serie b.
    Un especial recuerdo tengo también de la primera vez que fuí al cine con mi novia,hoy mi esposa, fué en 1993 y vimos «Regreso a Howards end» de James Ivory.No sé podría alargar este comentario con muchos más recuerdos relacionados con las veces que he ido a un sala de cine,hoy por hoy muy pocas, pero estas han sido las primeras que me han venido a la memoria, espero que no os haya resultado pesado.Un saludo.

    Me gusta

  3. La anécdota más tonta que tengo es de cuando tenía cuatro años y estaba en el cine del pueblo con una amiga de mi misma edad viendo Fantasía, de Disney. La cosa fue que ella empezó a contarme la historia de que ella vivía en el cine y que a su casa se accedía a través de la puerta del fondo (la de emergencia). Lo triste es que me lo creí durante un tiempo exageradamente largo… (sin comentarios…) (esa amiga, por cierto, lo sigue siendo a día de hoy)

    La más alucinante me pasó hace unos meses, en la última sesión de un lunes en los cines Ideal de Madrid, con la película Infiltrados. Mi novia de entonces y yo, al terminar la proyección, en vez de salir por la puerta de salida, que daba directamente a la calle, volvimos dentro para ir al baño. El caso es que llevábamos allí unos diez minutos, no mucho más, cuando la luz del baño se apagó. Nosotras, que estábamos, justamente, bromeando en plan «¿te imaginas que nos quedamos encerradas?», salimos corriendo al pasillo y nos encontramos todo el cine a oscuras, con la única luz que ofrecían las luces de emergencia y las neveras de cocacola de la tienda de palomitas. Acojonante. Nos recorrimos el cine y estaba todo, absolutamente todo, cerrado. Como era la última sesión, y un lunes, los trabajadores tendrían ganas de irse pronto a casa y se olvidaron de revisar los baños por si quedaba alguien. Total, que ahí estábamos las dos, solas, con grandes cartones publicitarios de no recuerdo ahora qué películas, pero que daban un aire de terror al momento que… madre mía. El caso es que llamamos a la policía. La chica que nos cogió el teléfono se echó a reir, así, sin ningún tipo de pudor. Esperamos como una hora a que llegara el rescate. Yo, sentada en unas escaleras, muerta de miedo, mientras mi novia deambulaba por allí, super emocionada, hablándome de robar palomitas y ver todas las películas que quisiéramos, a mí, que no hacía más que ver sombras moverse por los pasillos, imagínandome a un violador en serie que, cuchillo en mano, se cernía sobre nosotras. Lo último, las caras de los tres polis y su «¿podemos ver vuestras mochilas y DNI’s?» Y para casa.

    Creo que no he vuelto a una sesión nocturna desde entonces… xD

    Me gusta

  4. bufff anecdotas hay miles aqui van unas cuantas:

    – Fui a ver ‘La momia’ cuando estaba en plena pubertad, y por no entrar tarde pues no pasé por los servicios. Tenía unas ganas de mear increible pero no le dije nada a mi hermano, que es con quien iba. De repente uno de los sustos de la película provoca la catástrofe… aunque solo fueron unas gotitas jajaja

    – El día que más cabreado salí de ver una película fue en King Kong, los niños de detrás comentaban toda la película en alto, el de detrás mía se habia llevado el kiosko entero y no paró de comer patatas durante las 3 horas, y para más inri uno se cargó una butaca y se tiró media hora depie viendo la película. un desastre.

    Ahora no me acuerdo de más, pero volveré jajaja. Genial el post, saludos!

    Me gusta

  5. Yo tengo dos (los resumiré al máximo):

    – Estreno de Superman y la sala (de las antiguas, dos mil butacas), llena a tope. Yo con mi bolsito cuco de los domingos, de lo más repipi. Cuando abrieron las puertas, en la desenfrenada carrera por encontrar sitio, perdí el bolso. Toda la película de morros. Cuando empezaron a salir los créditos, con la sala a oscuras, mi madre nos hizo salir por un lateral, para ahorrarnos la aglomeración. Me enganché el pie con algo que era… ¡¡mi bolso!!

    – Mi primera salida al cine con una amiga, Loli, sin padres. La película Dirty Dancing. Yo emocionada por el acontecimiento que suponía el ir haciéndome mayor. Oigo risas en la sala, me giro y veo a mi padre y ami hermano, a unas butacas de distancia, saludándome. ¡¡Qué rabiaaaaa!!

    Me gusta

  6. – La 1ª película que me llevó mi madre a ver y de la que apenas tengo consciencia es E.T.
    Nada más aparecer el bicharraco lancé un alarido de pánico y empecé a llorar como una histérica agazapada debajo de la butaca. Mi madre, haciendo un esfuerzo sobrehumano, logró convencerme de que era «un muñeco, y es bueno» así que cuando logré asimilarlo, salí de la butaca, amé a E.T. vinieron de su planeta y se lo llevaron así que el berrinche continuó un par de horas más 😦

    – Ya mayorcita, época de exámenes en la facultad más trabajo, mucho sueño acumulado… Salía por aquel entonces con Tony, que estaba harto de no verme porque las pocas horas que tenía libres, las dedicaba a dormir. Fuimos a ver «House on haunted hill» Tengo un vago recuerdo de como empieza. Lo siguiente que recuerdo es despertarme lentamente, estaba tan a gusto que se me caía la baba, completamente tumbada ocupando 2 butacas y apoyada en la barriga de alguien, al abrir los ojos ví que era un completo y absoluto desconocido. «Perdón, perdón, lo siento!!» exclamé. «No te preocupes, descansa, si para mi es un placer» respondió el amablemente. «Y el chico que había a mi lado?» «Se ha ido un poco enfadado, me ha dicho que cuando te despiertes, no te molestes en llamarlo» Así que salí escopeteada del cine y muerta de vergüenza eludiendo darle mi nº al tipo sobre el que me quedé roque.

    (Me acuerdo de más, pfff… qué vergüenza…)

    Me gusta

  7. Buff… Otra un poco escatológica. Un aniversario. No se me ocurre mejor idea que preparar un cenita casera (cocinar Tam??!! sí) y coger entradas para «El paciente inglés»

    1º error: comerse la bazofia que preparé.
    2º error: ir corriendo al cine, que llegamos tarde y descompuestos con la peli empezada.
    3º error: cokacola fría.
    4º error: peli demasiado larga.

    No te imaginas lo mál que se pasa con esas rayadas y retortijones ambos dos, horrible, en un cine enooorme que ahora está dividido en mil salas, saliendo casi a gatas y suplicándole al acomodador que nos abriese el baño. Qué mal :$

    Me gusta

  8. uhhhh yo tambien paso frio en los cines, pero tampoco me han pasado cosas raras o graves, lo unico a mencionear fue con «scream2» que salio uno disfrazao con la careta, peor luego me entere que salia en todas la sesiones.

    salu2

    Me gusta

  9. veamosssssss lo peor lo peor… ah si!! viendo contra mi voluntad hercules de disney…sala 1 de los cines ortega de palencia ,sala dediacada para representaciones teatrales y demas , la as grande vamos con palcos y demas y una hilera de escaleras que ascendian entre las butacas…acaba la peli por fin me levanto piso una caja de palomitas y caigo por los 50 escalones de cabeza,aun no explican en urgencias como estoy vivo a dia de hoy y no, no he vuelto aver HERCULES
    lo mejor?? ah si en esa misma sala 1 delos cines ortega viendo acompañado el truco final que no por alardear habia visto a la legua…lo que paso es para mayores de 18 …una de cal…otra de arena…
    saludos

    Me gusta

  10. Yo, para rechinar y crujir de dientes de muchas y de muchos, fuí a ver Star Wars el día de su estreno. Además, fijáos, fue la primera película que iba a ver al cine; a un cine de Barcelona que estaba en el Paralelo y de cuyo nombre ya no me acuerdo (aunque creo que se llamaba cine Calderón). Joder, joder, joder, lo sé, lo sé, sé que soy la envidia de muchas y muchos, pero qué le voy a hacer yo, que tenía 5 añitos de nada y era una especie de golem dominado por la mente de mi madre: ella, mi madre, fue la que decidió por mí al decidir que iba a llevarme a ver aquella película. Y, sin saberlo, decidió doblemente: luminosamente decidió que iba a llevarme a ver una película de la que todo el mundo decía que era buenísima y que iba a, según ella, gustarme un montonazo; oscuramente, y sin saberlo, decidió que yo había de convertirme en un apasionado por lo lateral del mundo, por los monstruos y los bichejos, por lo fantástico, por lo horroroso, por lo que, en definitiva (según he ido comprobando, no es que se trate de una cuestión ontológica fundamental e intrínseca al ser humano) no gusta a la mayoría. Ver Star Wars cuando tenía 5 años definió mi vida (no diré «dió un cambio a mi vida» porque ¿qué se supone que ha de ser la vida que ha tenido un niño de 5 años?).

    Mi madre también me hizo ver una serie de televisión que se llamaba Galáctica. En ella, el capitán (o general, o teniente coronel, o qué sé yo) de la nave se llamaba Adama, y tenía unos poderes muy raros, como telequinéticos. El pavo se concentraba sobre un objeto y lo movía a voluntad, sin tocarlo, sólo con el poder de su mente. Cuando lo ví por primera vez, flipé. Y os confieso al acabar el capítulo en el que Adama hizo aquello por primera vez fuí rapidamente a mi habitación, cerré la puerta, puse un lápiz entre mis brazos extendidos sobre la mesa y me concentré en él queriendo, con todas mis fuerzas, moverlo sin tocarlo. Uf, no os imagináis que tarde más sufriente pasé. Pero es que aquellas eran épocas en las que lo paranormal era no creer en lo paranormal. Había un programa en la televisión que se llamaba Más Allá y en el que Jimenez del Oso (su moderador) presentaba historias chungas de gente haciendo cosas chunguísimas. Poco antes de ver el capítulo de Galáctica había visto uno de los programas de del Oso que hablaban de los telequinéticos rusos que movían objetos pasando, sin tocarlo, las manos sobre ellos. Y, claro, yo no podía ser menos que el capitán Adama o que los telequinéticos rusos…

    Ah, qué épocas, qué épocas.

    ¡Viva mi madre! Aquello era la felicidad.

    Joan Carles: http://www.lasciateognesperanza.blogspot.com/

    Me gusta

  11. ¡¡Qué idea más bonita!!
    Mi trauma relacionadao con el cine es que mis padres nunca, NUNCA me han llevado al cine!!!(y eso que yo quería!!) Así que la primera vez que fui al cine fue con mi colegio, y alguna vez más que fui con una amiga y su prima diez años mayor…esto se convirtió en un trauma mayor cuando empecé a estudiar la carrera…de Comunicación Audiovisual!! Tengo un déficit importante de películas vistas en mi infancia que todavía intendo subsanar. Quién sabe, igual por eso me gusta tanto el cine…porque lo tengo poco visto!! Aunque, eso sí, lo intento compensar poco a poco viendo todo tipo de películas que caen en mis manos (o en mi ordenador!!)
    Ala!! Ya me he desahogado con mi pequeño trauma…anécdotas divertidas no tengo muchas por la misma razón!! snif, snif…
    Saludos!!!

    Me gusta

  12. Hala, Rose, qué mal. Perdona si soy indiscreta pero me has dejado intrigada ¿por qué no querían llevarte? O.o?

    Es que la primera película que vi me llevaron mis padres. Fui a ver La Sirenita y me encantó. Aquella versión doblada por actores latinoamericanos es muchísimo mejor que la que han sacado hace poco. ¡Aquella es la original y verdadera!

    Yo es que he ido poco al cine y no me han pasado cosas raras. Por lo menos que recuerde en este momento.

    P.C.: Lo que le pasa a Tam no le pasa a nadie más 😀

    Me gusta

  13. Varios recuerdos de cine ()

    Cuando llegaba nochebuena, que era cuando nos daban los regalos en mi familia, nos poniamos tan nerviosos y pesados, que les tocaba llevarnos al cine. Casi siempre eran moñadas navideñas… pero siendo un crío ni te fijas. La verdad, recuerdo más el «Turrón de novia» (ese bloque de palomitas dulces…) que las películas. Una de esas veces, a la vuelta del cine, había una calle cortada. Mi padre conducía el coche, lleno de pequeños berracos hiperactivos. El caso es que mi padre habló con el policía y éste nos dejó pasar. Yo, empapado de navideñitis, le digo a mi padre: «Sabes por qué nos ha dejado pasar? Porque es Navidad?». Mi padre, inmune a la navideñitis, me contesta: «Qué va! Es porque tenemos el parking ahí y por otro lado no podemos pasar!».

    Otro recuerdo es cuando llegábamos tarde al cine en verano (Casi siempre) y nos quedábamos al siguiente pase a ver cómo empezaba.

    Y otro recuerdo es una vez que fuimos a ver «Splash». Recuerdo que la peli no me gustaba nada… me aburría… y en estas que le comento a mi primo: «Vaya aburrimiento, ya se podría quemar la película». Y no sé qué fue lo que pasó, pero la peli se cortó y tardaron media hora en volver a apagar las luces.

    Como decía Pedro Guerra en esa pedazo de cancion… «Estos son recuerdos del pasado…»

    Me gusta

  14. Recuerdo la primera o la segunda vez que fui sola al cine con mis amigas. Fuimos al cine capitol, en la gran vía, a ver «abre los ojos».
    Hay que decir que llegamos hasta allí siguiendo a unos chicos que queríamos ligarnos. Sacamos las entradas en el lugar más discreto del cine, es decir, bien centradas en la primera fila del palco principal.
    El caso es que a media película estabamos un poco desconectadas de lo que pasaba en pantalla (teníamos 13 años), y bromeando sobre los chicos estos, y justo cuando se queda la peli en silencio, en una escena tensa (cuando se va a mirar el tío en el espejo y se ve deformado) a mi amiga Laura le dio un ataque de risa de media hora que ya quisiera Loreto valverde, parecía que se había colado un burro en la sala, y no podía parar, todo el mundo mirando, hasta que se empezó a contagiar el ataque y por lo menos fuimos 20 más los que empezamos a descojonarnos. Poco nos enteramos de la peli, pero no se nos olvida.

    Me gusta

  15. Joer, que nostalgia.

    Recuerdo ir al cine con mi madre, sobre todo al cine de verano. Que buenos momentos aunque casi no me acuerde de todo.
    A ella siempre le he gustado ir al cine y el recuerdo mas claro que tengo es este, supongo que por el «feo» que le hice, jamas se me olvidara, y creedme, muchas veces he deseado volver atras en el tiempo. Ojala pudiera:
    Era la primera vez que me llevaba al cine y yo estaba muy ilusionado. Salimos pronto de casa para tener tiempo y no quedarnos sin entradas. Despues de comprarlas, fuimos a dar un paseo para hacer tiempo.
    Al volver al cine, en la puerta, estaban puestos los tipicos carteles con fotogramas de las peli. Fue ver los carteles y me entro un acojone de lo mas horrible, cosas de crios. Alli estaban el comepiedras y otras criaturas que yo veia como monstruos feos y horribles, a los que yo no queria ver ni en pintura.
    Mi madre intento convencerme, pero no hubo manera. Estaba aterrado. A ella le toco acercarse a la taquilla y ofrecer las entradas a una pareja para no perder el dinero.
    Nos quedamos sin ver «La Historia Interminable» y aun me acuerdo de aquello como si estuviese pasando ahora mismo.
    Si pudiera volver atras, entraria al cine sin dudarlo, de la mano de mi madre y bien contento.
    Saludos.

    Me gusta

  16. ¡Hola! Soy yo otra vez…
    Con permiso de Jos le contestaré a Miss Sinner:
    Es difícil de explicar!! mi madre siempre me ponía excusas varias como que era caro pagar 4 entradas (como si no hubieran cosas más caras!!), que no coincidíamos en gustos los 4 (lo normal es q los padres se sacrifiquen, pero yo eso no lo pensaba porque era pequeña…), que si mi padre se duerme viendo películas…pero yo creo que la verdadera razón es que a mi madre no le gusta el cine…así que supongo que no veía la importancia que podía tener para mí y mi hermano!!! Además mi madre no tiene coche (mi padre sí, pero la que más tiempo pasaba con nosotros era ella) y no tenemos los cines en la puerta de casa! Así que todo unido, me llevó a lo que os he contado!!! jajajaja
    A partir de los 10 o 11 años empecé a ir con mis amigas y se me pasó el trauma, pero fue duro!! 😉
    Vale, creo que ya he hablado suficiente en un blog que no es el mío!!
    Disculpas a Jos, pero me sabía mal dejar a Miss Sinner con la duda!!
    Saludos!!

    Me gusta

  17. Pues una de las primeras veces que salimos juntos fue para ver «El Señor de los Anillos», la primera parte. Asi que, además de ser uno de nuestros libros favoritos, se ha convertido en algo muy especial, porque siempre nos recordara a cuando empezamos….

    Besos desde el agua

    Me gusta

  18. Muchacho: Te entiendo perfectamente. A mi me pasó lo mismo pero con el circo.

    Rose: Vamos mujer, estoy encantadísimo de que se cree debate aquí. Además este tipo de entradas son para eso, para explayarse y recordar contando cosillas. Escribe sin miedo, este también es tu blog.

    Alba y Alvaro: Vaya, entonces debéis llevar el mismo tiempo que yo con mi mujer. Nosotros también tenemos un muy buen recuerdo de la saga de los anillos por eso.

    Me gusta

  19. Gracias por contestar Rose, es que me parecía tan raro, no sé… Es que la mayor parte de las veces que he ido al cine ha sido con mis padres y me chocaba, porque a mis primas y a muchas amigas mías las han llevado sus padres de pequeñas.
    Ya no voy mucho, la verdad.

    Por cierto Jos, me acabo de acordar de que no te he dado las gracias por el carnet ruvio. Gracias, me encanta mi número, el 18 ^^
    Se ve raro porque he subido la imagen con blogger, a ver si recuerdo la contraseña de flickr y lo subo con ese, que queda mejor.

    Un besote.

    Me gusta

  20. Hola!
    Pues yo recuerdo haber ido a ver una sesión doble en la que ponían Candilejas (o Monsierur Verdoux, o Tiempos Modernos, no me acuerdo) y una del zorro con Alan Ladd. Total, que yo era entonces más pequeño que un pie (aunque no tanto, aquello eran reposiciones o algo así) y como Chaplin me aburría le dije a mi padre que me despertase cuando empezase el zorro. Qué fuerte! Lo más gracioso es que esta debía ser una costumbre bastante habitual, ya que solía ver las pelis… tumbado en el pasillo!
    También recuerdo haber ido con mi madre a una sesión del Cine Club a ver «Un hombre lobo americano en Londres» y pasar más miedo que carracuca. Esa noche, para colmo, hubo una tormenta de tres pares de cojones y la casa en que vivía era viejita, se colaba el frío y el agua por todas partes y al final acabé acojonadísimo durmiendo con ella en su cama. No puedo precisar qué edad tenía, pero sospecho que quizá NO era tan pequeño.
    Y, por supuesto, guardo un grato recuerdo de aquella vez que mi padre y yo nos vimos a ver Dirty Dancing sólo por chafarle la guitarra a mi hermanita. Jua jua jua!!! Soy malo!!! Soy cagao!!! Soy dormilón!!!

    Me gusta

  21. Mi primer recuerdo fue ir al cine-teatro de mi pueblo a ver Cristal Oscuro. Fue mágico. Uno de mis hermanos sólo me llevaba a ver pelis de ese tipo, La historia interminable, Momo, y todas las de Star Trek, que no me enteraba de nada, pero me hizo ser la rara del colegio, jeje.
    Y me encantaban los descansos en las películas, que me compraban chocolatinas.
    Se está perdiendo la magia del cine, ains.
    (Nunca escribo pero soy lectora asidua, una página genial!)

    Me gusta

Replica a caribdis Cancelar la respuesta