La evolución de los efectos especiales

Ay, los efectos especiales… ¿Qué sería de nosotros, amantes del cine, de la fantasía y de las escenas espectaculares sin los efectos especiales? Y no hace falta que nos vayamos al cine fantástico, prácticamente cualquier producción de hoy en día usa los efectos digitales para pulir el aspecto o para recrear escenas mundanas de otra época con cierta fidelidad. Lo cierto es que los FX nos asombran, nos maravillan y nos introducen en mundos y situaciones a los que no tendríamos acceso de otra manera, contribuyendo a esa gran ilusión que es el cine.

Siempre he fantaseado con cosas como «¿cómo reaccionaría Charles Darwin si pudiese ver Jurassic Park?» o «¿qué pensaría H.P. Lovecraft ante Aliens?», ¿creerían que lo que ven es real o, por el contrario, serían capaces de distinguir entre realidad y ficción? Lo que es seguro es que se asombrarían y se preguntarían cómo es posible conseguir semejantes imágenes. Es algo que nos ha pasado a todos, al igual que revisar una película antigua, una que nos alucinó en su momento y que, al volver a verla, sus efectos nos parezcan falsos y artificiales. Es normal, la tecnología va avanzando sin que nos demos cuenta y nuestro ojo se va acostumbrando a esos cambios. Como ejemplo os dejo aquí este vídeo en el que se hace un repaso de todas las películas que han ganado el Oscar a los mejores efectos especiales. Ahí sabréis a qué me refiero.

Interesante, ¿verdad? Lo curioso es que, personalmente, me pasa que en los últimos tiempos, por muy bestias y espectaculares que sean las escenas de una película, no me hacen vibrar de la forma en que sí lo siguen haciendo películas más antiguas. Podéis llamarme carcamal pero las sensaciones que me sigue produciendo Jurassic Park no tienen nada que ver con las que me produjo Jurassic World, o las de Aliens en comparación a las de Prometheus. Obviamente, ahí hay un componente de nostalgia y de evocación a los buenos tiempos, pero ya hay quien ha sacado alguna teoría al respecto y con la que coincido bastante. El efecto WETA, le llaman y que, resumiendo, hace que, cuando todo lo que aparecen en la pantalla sea digital, por muy bonito o espectacular que aparezca, produce una sensación de «empastamiento» que le dice a nuestro cerebro «hey, eso de ahí no es de verdad, que lo sepas». Echádle un vistazo al vídeo y me decís y otro día os hablaré de la interesante teoría del Unchaney Valley.

2 Respuestas a “La evolución de los efectos especiales

    • Por supuesto, el alma es esencial para que funcione. Y si la historia es lo suficientemente buena aún será más fácil. Y si los efectos se usan con criterio y en favor de la historia mejor que mejor. 🙂

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