Regreso a Derry

En IT (Eso), la famosa novela de Stephen King, un grupo de siete niños, los auto proclamados «Los perdedores», debían enfrentarse a Eso, una fuerza cósmica con un poderoso poder maligno que se alimentaba de los miedos de los habitantes de Derry, sobre todo de los de los más jóvenes, y también, ya de paso, de algún trozo su cuerpo.

27 años después, seis de aquellos niños, ya convertidos en adultos, recibían la llamada del séptimo de ellos que les conminaba a cumplir aquella promesa de su niñez y volver a Derry, pues todos los indicios apuntaban a que Eso había vuelto y debían acabar con él de nuevo.

IT

Leí esta novela entre agosto y octubre de 1991 y me atrapó desde la primera página. Esa ingente cantidad de historias y de personajes, la mezcla de géneros, esa estructura en paralelo entre 1958 y 1985 y la capacidad de King de crear, a través de  momentos perturbadores  y espeluznantes, imágenes de una belleza conmovedora, me fascinó.

Cuando terminé las más de 1200 páginas me sentí huérfano. Había creado un vínculo con los personajes y el entorno, los había acompañado en mil y una aventuras y conocía casi al dedillo la ciudad de Derry, sus callejuelas, el canal y los Barrens. Había aprendido la historia de la ciudad y todas sus desgracias y era conocedor de los secretos, miedos y deseos inconfesables de muchos de sus vecinos. Pero sobre todo me había sentido parte de «los perdedores» pues había sufrido por ellos y junto a ellos. Hubo momentos muy duros junto a Stan, Mike, Eddie, Beberly, Ben, Richie y Bill pero también hubo alegría, risas y ternura. El terror, como tal, aunque era parte indisoluble del relato, nunca me terminó de asaltar. No pasé verdadero miedo con IT. Puede que me inquietase, que me pusiese tenso, incluso puede que el suspense me estrangulase un poco de vez en cuando, pero, ¿terror? Nop.

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Hace poco estuve pensando en aquellos años y me acordé de IT. La nostalgia y la curiosidad me llevaron, casi de forma orgánica, a releer las primeras páginas del libro. Y me ocurrió de nuevo: quedé atrapado y ahora, 25 años después de leerlo por primera vez, en una chocante coincidencia, vuelvo a Derry, tal como hicieran «los perdedores» adultos, y tal como les ocurría a ellos, descubro lo mucho que había olvidado. Nunca olvidé el libro, claro, pero el recuerdo estaba carente de detalles, era más una especie de mural sobre el mapa de Derry con fotos y notas, como los que salen en las películas de detectives, unidas por el hilo rojo de los acontecimientos más importantes, conformando el esqueleto de la narración.

Tras unas 400 páginas leídas me he decidido a hacer este post, todavía embriagado por el redescubrimiento. A medida que voy avanzando el recuerdo de lo que ocurrirá a continuación se va revelando. Es una sensación muy extraña de reencuentro. Darte cuenta, de repente, de que a cierto personaje le va a pasar algo muy malo, algo que ya sabías pero que habías olvidado, y no poder hacer nada más que avanzar y avanzar hasta que finalmente ocurre, es raro. Como lo es la brutal sensación de regreso, de estar de vuelta en una ciudad donde viviste y hacía mucho tiempo que no visitabas.

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Todo es igual pero, a la vez, muy diferente. Supongo que en 25 años cambian muchas cosas, incluso en nosotros. IT fue mi primera novela de Stephen King y desde entonces he leído muchas más. De hecho, de alguna forma y quitando la parte psicopática, soy un poco como su Annie Wilkes de Misery. Llevar a la espalda un saco de libros del autor que no llevaba en 1991 me está haciendo descubrir cantidad de referencias a otras de sus obras y eso es muy, muy divertido. Por otro lado, el Jos adulto, a diferencia del Jos adolescente, sí que está pasando miedo. No sé si soy más empático, si soy más sensible a las desgracias del mundo o si, sencillamente, soy más consciente de que el Mal existe. Creo que, a pesar de mis serios esfuerzos por contenerlo, he perdido algo de mi niño interior. Puede que no sea tan ingenuo y aunque sé que Eso no existe como un payaso con globos de colores, entiendo la metáfora y no puedo evitar que la analogía me golpee y me deje KO.

Llamadlo Eso, si queréis, o Bob Gray o Pennywise o La Araña. Llamadlo como queráis. Pero hoy, el aburrido y algo paranoico adulto en el que me he convertido, cree que EL MAL del que habla Stephen King en su(s) libro(s) nos rodea, nos ciega y nos ataca, en el mejor de los casos, sin que nos demos cuenta. Y mata a nuestro niño interior. Afortunadamente, siempre podremos volver a Derry y exorcizar nuestros fantasmas. Con suerte.

4 Respuestas a “Regreso a Derry

    • «It» no es solo una novela de terror, es una novela de muchas cosas y en ella encontrarías diferentes géneros y estilos. En mi humilde opinión resulta me interesante y es un texto emblemático del escritor. Él mismo dijo una vez que todo lo que sabía sobre ser escritor estaba en «It». Si te gusta Stephen King deberías probar alguna vez a leerla. Quizá te enganche también a ti. 🙂

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