Ciertamente, las fotocopiadoras son un invento del demonio. Cogen un original y lo multiplican hasta que pierde la esencia. No es de extrañar que estos ominosos aparatos hagan brotar nuestras más horribles pesadillas, sobre todo cuando en la cola de la copistería vemos cómo la máquina se estropea justo cuando es nuestro turno.
Quería hoy compartir con ustedes un cortometraje de unos tipos llamados Phil y Olly en el que una de estas endemoniadas máquinas inicia en una oficina cualquiera lo que bien podría ser el fin del mundo conocido. Que lo disfruten.
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Ostras, muy chulo y muy bien hecho. Un puntazo (jajaj, no he podido resistirme.) Y gracias por el link, amigo. Un abrazo.
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Ay, que me he mudado. Se agradecen las visitas aquí. Besote.
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¡¡Qué genial!! ¡Me ha encantado! Hay que ver lo que se consigue con la sencillez de una buena idea.
Yo siempre he creído que la luz de las fotocopiadoras podía dejarte ciego (o eso dicen).
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Muy bueno no encontraba tiempo para echarle un ojo. Pero no queria perdermelo.
Salu2
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